LA CIENCIA DEL SOBREPESO
El mundo de la medicina está constantemente en movimiento. En esta sección queremos poner a su disposición una selección de las novedades más interesantes sobre medicina y nuestra clínica.
INTRODUCCION
El sobrepeso y la obesidad es una enfermedad que disminuye la calidad de vida y acorta la supervivencia.
La obesidad forma parte del síndrome metabólico(conjunto de varias enfermedades o factores de riesgo en una misma persona que aumentan su probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus) y presdispone a diferentes enfermedades tales como las cardiovasculares y diabetes del adulto ya mencionadas, apnea del sueño, ictus osteoartritis así como algunas formas de cáncer y padecimientos dermatológicos y gastrointestinales.
Es una enfermedad multifactorial que actualmente no sólo la padecen los países industrializados como se creia anteriormente, sino que es una pandemia que afecta a toda la población mundial con 2.8 millones de muertes anuales
El desencadenante, en tèrminos sencillos, podríamos considerarla como el resultado de un desequilibrio entre la entrada calórica o ingesta alimenticia y el gasto calórico o pérdida energética.
¿COMO SE DEBE ENFOCAR EL ESTUDIO DE UN SOBREPESO U OBESIDAD?
1) HISTORIA CLINICA CON CONOCIMIENTO DE LOS FACTORES DE RESISTENCIA PERSONALES
Los factores de resistencia son todas aquella situaciones que van a disminuir los efectos de un tratamiento a cada persona. Su conocimiento es esencial para dirigir de forma correcta el tratamiento médico.
Factores de resistencia:
- Herencia genética: Los hijos de padres obesos tienen una predisposición aumentada para esta patología. Existen ciertas alteraciones metabólicas que puede ser heredadas y que le predisponen a un aumento del acúmulo graso. ( gen ob, leptina, grasa parda…)
En los últimos años, se ha descubierto que entre el 40 y el 70% de la variación en el fenotipo asociado a la obesidad es heredable. (el fenotipo es la forma de la forma de cómo se expresan nuestros genes. Este hecho es fundamental porque nos indica que nuestro estilo de vida, antes de ser padres, puede modificar a nuestro fenotipo y por tanto influir de forma positiva o negativa a la salud de nuestros hijos e incluso nietos).
- Hiperplasia del tejido adiposo: Durante al infancia y adolescencia, la mayoría de tejidos se multiplican para aumentar los órganos. El tejido graso no es distinto a los demás. Un aumento de peso en etapas de crecimiento, inducirá a un aumento de la cantidad de células adiposas (hiperplasia) y por tanto llegará a la etapa adulta con un número aumentado de las mismas. En la etapa adulta, si existe un aumento del peso graso, la forma del depósito de triglicéridos en la célula (forma de almacenamiento de la grasa a nivel celuloar) se origina pricncipalmente por hipertrofia (aumento del tamaño celular) Luego, un tratamiento se hace más resistente cuando existe hiperplasia o que es lo mismo, cuando la persona haya tenido sobrepeso en la edad infantil o en la pubertad.
- Grasa subcutánea: El almacenamiento de la grasa se localiza debajo de la piel (subcutáneo) y/o por debajo de la musculatura y en vísceras (grasa visceral o central) Para que la grasa desaparezca, tiene que ser “oxidada” y ello conlleva que debe arribar una suficiente vascularización (la sangre lleva el oxígeno). Existe un axioma en medicina que dice que un lugar bien vascularizado, habitualmente no se almacena grasa (porque hay muy buena oxidación). El tejido subcutáneo se caracteriza por ser una grasa fría (poco vascularizada) por lo que será más difícil de oxidar y reducir su tamaño. Por tanto, una grasa visceral que está más vascularizada, a pesar que en una grasa más peligrosa para la salud, tendrá una respuesta más rápida con un tratamiento adecuado a base de dieta y ejercicio personalizado. Para la grasa subcutánea se tendrán que realizar otros tratamientos complementarios (se comentan más adelante) para obtener unos buenos resultados.
- Sobrepeso de larga duración: A nivel hipotalámico, existe un llamado “adipostato del organismo” que intenta mantener una estrucutura corporal de acuerdo con lo que el tiempo transcurrido ha considerado como “normal” para su organismo. Este fenómeno se puede aplicar al igual para una persona considerada como normal o como obesa. Cuando una composición corporal se mantiene estable durante tiempo (al menos más de un año) un desequilibrio energético (cambio de dieta y/o ejercicio) afecta menos a la estructura corporal. Ello es debido a que el organismo actúa de forma que intenta mantener los porcentajes de grasa que considera “habituales” en cada persona. Desde el punto de vista práctico, es más fácil tratar un sobrepeso que se ha instaurado hace poco tiempo que un sobrepeso u obesidad de muchos años.
- Persona politratada (que ha realizado muchos tratamientos): Conocemos que todos los mamíferos desencadenan un mecanismo de “supervivencia” cuando existe un déficit alimentario. Este mecanismo ha sido clave para la supervivencia de las especies principalmente en épocas de escasa alimentación. Sabemos que cuando un organismo disminuye su ingesta calórica por debajo de las necesidades normales, se desencadena una adaptación por la cual, reduce su gasto calórico en un intento de sobrevivir más tiempo. Con las dietas hipocalóricas se manifiestan este tipo de cambios. Las primera dieta, habitualmente es más efectiva que las siguientes; el organismo reduce la función mitocondrial (orgánulos celulares encargados de la producción energética) y su metabolismo se reduce dee forma paulatina. El peso graso seguramente habrá disminuido, pero a expensas de reducir su metabolismo basal. Esta reducción metabólica por disminución y desaparición de las fábricas energéticas celulares (mitocondrias) indicirá cuando acabe la dieta, sino continua una restricción calórica, un efecto de rebote por disminución del metabolismo basal que puede aumentar el peso por encima del inicial (antes de la dieta). Por tanto, un tratamiento de sobrepeso, siempre debe mejorar el sistema mitocondrial de producción de energía para no caer en los efectos de rebote de forma cíclica.
- Sedentarismo: El sedentarismo es uno de los desencadenantes principales del sobrepeso. Sino somos capaces de realizar un programa de “entreno metabólico” para aumentar la producción energética celular, el mecanismo de supervivencia provocará que a la larga un sinfín de adaptaciones y reducciones metabólicas que finalizará con un sobrepeso a pesar de realizar una dieta calórica restrictiva. Un tratamiento es correcto cuando llegamos a una composición corporal saludable realizando una alimentación equilibrada. Para ello es necesario una mejora mitocondrial para alcanzar un metabolismo basal dentro de la normalidad.
- Desequilibrio emocional: Saber gestionar nuestras emociones es fundamental para tomar las decisiones correctas. Una persona que sufre de obsesiones, compulsiones y otras conductas no equilibradas, será prácticamente imposible que siga un programa de tratamiento de sobrepeso y consiga un buen resultado.
- Edad: el aumento de la edad predispone a una disminución del gasto energético (metabolismo basal) con lo cual, la evolución en los resultados obtenidos serán más lentos. En la mujer, se sobrepone el cambio hormonal que existe en el climaterio (época de los trastornos hormonales) y luego en la menopausia. La edad reduce el Condrioma o estado mitocondrial celular, con lo cual el gasto energético se reduce y aumenta la resistencia al tratamiento. También la edad, reduce la masa muscular y aumenta la grasa visceral, con lo cual hay personas que no experimentan un cambio de peso pero sí visualizan un cambio en su silueta o composición corporal.
- Otros factores menos frecuentes: El Hipotiroidismo no compensado farmacologicamente, reduce la pérdida energética. También algunos fármacos como los ansiolíticos, pueden desencadenar reducciones del gasto energético basal y hay que tenerlos en cuanta.
La suma de factores de resistencia nos indicará la lentitud o celeridad en observar las respuestas para cada persona con el tratamiento.
Estudio analítico
Importante para valorar las alteraciones de la salud que pueden provocar el sobrepeso corporal. El perfil lipídico, los parámetros cardiovasculares, la glucemia, el hemograma y el funcionalismo tiroidal entre otros, nos permitirá evaluar el estado de salud del paciente obeso.
Estudio de la composición corporal
Cuando una persona viene a realizar un tratamiento, es importante el conocimiento de “como viene”.
Debemos utilizar una metodología que nos aporte la distribución de la grasa general y su cantidad, indique si se trata de una grasa visceral o subcutánea (o ambas) y nos valore su estado muscular general.
La valoración a través del Indice de Masa Corporal (IMC o BMI) es muy insuficiente; es incapaz de valorar la grasa y nos puede inducir a errores. Otra determinación es el perímetro abdominal. Es un valor que está más relacionado con la grasa visceral pero no la cuantifica y con la grasa de tipo subcutáneo (la grasa más extendida en la mujer) no tiene apenas correlación.
La tecnología recomendada por su practicidad y valores que se puede obtener, es la Bioimpedancia Eléctrica Tetrapolar. Esta tecnología nos dará todos los detalles de la cantidad de grasa, su distribución y el tipo de grasa que almacena, así como el estado muscular por segmentos (brazos, piernas, tronco..)